LA HORA DE LA MILITANCIA
Se hace imperiosa una revaloración de la militancia como una particular forma de hacer política, cuyas bases son el proyecto colectivo, el impulso del protagonismo popular, la mística en la construcción de la fuerza política, la relación cara a cara con los hombres y mujeres de nuestro Pueblo.
La política mediática hecha por referentes y desplegada en el territorio por operadores y punteros que viven de contratos y beneficios personales, es lo contrario de la militancia. Cuando el vínculo que une a la política es de carácter pecuniario y prebendario, en lugar de ideológico y de proyecto, cuando no hay proyecto colectivo, entonces muchos siguen el viento de las coyunturas sirviendo al mejor postor.
La militancia, en cambio, es un sentido de vida basado en un proyecto común que tiene como horizonte la liberación y la convicción que ésta es obra de la participación popular, en la cual ningún esfuerzo –por más mínimo que sea- es desechable y será puesto en valor a su debido tiempo.
La tecnocracia y la burocracia política que se ha apropiado del peronismo en los 90, tiene que ser reemplazada por una militancia política revolucionaria fundada en su sensibilidad social y convicción patriótica.
La ética militante es un valor central de la construcción de la Patria que queremos.