ARGENTINA BI CONTINENTAL

Tal como hemos dicho Malvinas y la Antártida son parte central de la geopolítica argentina y su concepción de integración territorial.

En la Antártida se ha detectado carbón, hidrocarburos, hierro, platino, cobre, cromo, níquel, oro y otros minerales, pero no en cantidades lo suficientemente grandes como para explotarlos.

Sin embargo, mientras algunos se focalizan en los recursos minerales, petrolíferos o ictícolas de la Antártida, el verdadero valor económico de este Continente está dado por uno de los recursos que está llamado a ser uno de los más preciados en el futuro: el agua dulce. 

El hielo que cubre la Antártida es la mayor reserva de agua dulce del mundo, un recurso esencial escaso que algún día podría valer más que el oro.

Se calcula que la Antártida contiene el 70% del agua dulce del planeta, ya que allí se concentra el 90% de todo el hielo de la Tierra. Si se considera que el 97% del agua en el mundo es salada, se comprende la importancia que tiene ese recurso hídrico congelado en el extremo sur del planeta.

Argentina debe plantearse una estrategia de sudamericanización de la soberanía antártica. 

Ni la proyección de enclaves coloniales como Malvinas, ni las intenciones de declararla jurisdicción internacional, pueden confrontar con el hecho que Sudamérica, por contigüidad geográfica e historia, es la legítima dueña de una importante porción de este continente.

La idea de pensarse como un país bicontinental hace necesario una profundización de determinados ejes de nuestra política exterior Argentina: una fuerte presencia antártica que debe relacionarse con los procesos de integración y complementariedad con los países de la región sudamericana, en particular con aquellos con que se planteen intereses antárticos (Chile y Brasil, principalmente). 

Esto deviene en una relación estratégica. En un mismo sentido, el reconocimiento internacional de su plataforma y su carácter bioceánico implica la profundización de una agenda que considere verdaderamente su potencial marítimo.

La mirada geopolítica argentina respecto de la soberanía antártica se enlaza con el reclamo del territorio insular suratlántico ocupado por los británicos y, sobre todo, con la importancia de los espacios marítimos contiguos.