EL PUEBLO EN LA CALLE DECIDE

Sin el protagonismo y la movilización de las masas no existe transformación posible.

Algunos de los grandes hechos que fueron puntos de inflexión en nuestra historia fueron constituidos por la movilización directa de nuestro Pueblo.

El 17 de octubre de 1945, el 29 de mayo de 1969, y el 20 de diciembre de 2001, son algunos ejemplos.

Pero lo que realmente decide no es solo la movilización de la multitud sino la capacidad de auto organización del Pueblo. Sin esta organización que articula reivindicaciones y las sostiene en el tiempo, que construye liderazgos e interviene en la disputa de hegemonía como constituyente o se pueden dar las batallas fundamentales contra los enemigos de la Patria.

La espalda para construir una sociedad más justa no la constituye el acierto en tal o cual política de un funcionario técnico ilustrado, sino la organización popular comprometida con reivindicaciones concretas y movilizada para poner al Estado al servicio de esas necesidades. Sin un pueblo organizado para imponer una política pública que garantice en lo concreto los derechos conquistados, esos derechos no se materializan.

Sólo el Pueblo salvará al Pueblo.